El Club Deportivo Macará actualmente desarrolla un modelo de gestión deportiva que le permite alcanzar paralelamente triunfos deportivos y un crecimiento institucional, acompañada de una economía equilibrada. Además realizan un trabajo integral que no deja de lado al compromiso social.
El ídolo ambateño es un Club que pone a rodar cada día, mucho más que una pelota de fútbol, ya que se juega también la continuidad de los objetivos propuestos en su modelo, donde sus principales actores son el talento humano, es una institución que detrás de cada acción implementada, encuentran varios departamentos trabajando para el progreso de la institución.
Miller Salazar asumió la presidencia de un club prácticamente «quebrado» con un patrimonio neto negativo, a pesar de ello logró a través de su gestión, consolidar una entidad firme y con éxitos alcanzando en los últimos años, lo que se ve reflejado en un balance positivo, por ejemplo las clasificaciones seguidas en los últimos años a participaciones internacionales (Copa Libertadores de América y Copa Sudamericana). Ese modelo de gestión que implementó el actual presidente del club en los últimos años se convirtió en un caso testigo de estudio para estudiantes de gestión deportiva en Instituto Internacionales (CONMEBOL).
En todos los integrantes de este Club, se ve plasmada la entrega por desarrollar siempre mejor su trabajo, “Un sentimiento apasionado es el gran motor que permite la consecución de los sueños” indica Orlando Salazar, quien cumple con la función de Asesoría Jurídica en el platel celeste, nos cuenta esta y otras ideas durante el recorrido que realizamos en el Centro de Alto Rendimiento del C.D.M.A. La construcción de la Residencia Deportiva en estas instalaciones fue inaugurada hace un año y medio, es un proyecto que sin duda llenó de alegría a todos los que conforman la institución y a toda su hinchada.
Actualmente, la dirigencia tiene como uno de sus objetivos, la construcción de la Casa Hogar, que es parte del proyecto integral, una iniciativa con un pilar en lo social, pues está dirigida para los jóvenes que aspiran llegar al fútbol profesional, y que carecen de recursos económicos. De esta manera, Macará, va consolidando cada vez más su infraestructura física, y por otra parte la estructura organizacional que cuenta con un organigrama en donde todas las áreas trabajan por alcanzar los objetivos propuestos, un modelo de autogestión para generación de recursos económicos y la experiencia dirigencial de más de 20 años en el fútbol ecuatoriano.
Definitivamente la labor desempeñada por los dirigentes, administrativos, personal de servicio, técnicos y jugadores es lo que llevó a cosechar éxitos, la planificación organizada de los objetivos anuales es la base principal para crecimiento de esta organización deportiva, “El viejo y querido Macará de Ambato”
Por: Danna Esterrilla
Edición: Gabisa Salazar.